jueves, 31 de enero de 2013

Fumando espero.

Que somos un país de charanga y pandereta ya lo decía Antonio Machado, pero es que si asomase la cabeza en estos tiempos que corren añadiría unos cuantos adjetivos más a su conocido poema.
Tal día como hoy, 31 de enero de 2013, se acaba de destapar el mayor de los casos de corrupción ocurridos en España durante toda su historia, o al menos eso me atrevería a afirmar.
Como todos sabemos en cuanto a corrupción nuestro país es el rey, ya venía sucediendo desde la época de Lerroux y su famoso escándalo del Estraperlo o Felipe González con el caso Roldán. No nos engañemos, todos los partidos políticos han estado implicados en casos de corrupción, desde el PSOE hasta el PP, incluso en la transición democrática española, pero claro como veníamos de una dictadura le damos menos importancia, porque al fin y al cabo, peor estábamos con Franco, o al menos con eso se consuelan algunos.
El caso Bárcenas, en el que se ve implicado el tesorero del Gobierno del PP por la concesión de sobrepagos en dinero negro a miembros del partido, es actualmente el que está teniendo mayor repercusión y cada uno que reflexione el porqué de la situación. 
¿Será porque hay miles de familias que no tienen dinero para alimentar a sus familias? ¿Será porque nuestros políticos no son capaces de controlar la restricción presupuestaria española y tiran de impuestos como si de una cuerda sin fin se tratase? ¿Será porque la situación es tan penosa que no sólo suben impuestos sino que también reducen el gasto público y las transferencias? ¿Será porque se están pasando el estado de bienestar por la peineta y la gente ya no puede más con la situación? Permítanme dudarlo un segundo pero es que quizás necesitan financiarse con dinero negro porque sus sueldos no les permiten llegar a fin de mes. Mientras tanto, María Dolores de Cospedal niega estos pagos y se dedica a promocionar ajos de Las Pedroñeras, si esque aquí por oler mal, hasta el aliento.
Y ante esto, ¿qué hace el partido de la oposición? Afirmaciones como que nuestra preocupación aumenta, cosa de la que no nos habíamos dado cuenta, que el estado de España es de alarma social, que estamos en una situación crítica, que no es un caso de corrupción cualquiera, que el pastel se va hinchando y miles de obviedades más, sin aportar siquiera una solución al caso. Todo lo expuesto anteriormente lo afirmaba hace unos minutos Alfredo Pérez Rubalcaba en una rueda de prensa concedida a los medios de comunicación.
Despotricando contra Cospedal y declaraciones hechas por la misma con respecto al caso Bárcenas, como aquella de “yo lo corté, luego detrás de mi lo hubo”, pero sin aportar ninguna solución al tema. Pero señor Rubalcaba a usted también lo tenemos calado, todos sabemos que es el mejor momento para que se aproveche de la situación y así en las próximas elecciones ganar unos cuantos votos, pero lo que los españoles queremos no es que nos hable de las hazañas que están llevando a cabo nuestros queridos representantes, sino que queremos SOLUCIONES. Y hasta el momento, en ninguna rueda de prensa se ha planteado solución alguna.
De qué me sirve a mí que le plantee al presidente del gobierno Mariano Rajoy, implicado también según se ha descubierto hoy en el caso Bárcenas, preguntas como: ¿Cobró esos sueldos si o no? , Si los cobró, ¿fue en negro o en blanco?. Ahora le pregunto yo a usted ¿juega al ajedrez o al parchís? Si es así, ¿juega usted con fichas blancas o con fichas negras? Ya que nos ponemos a plantear preguntas absurdas. En caso de que fuese cierto, ¿cree usted que el presidente lo reconocerá? ¿Cree que le confesará que recibía pagos semestrales de 2.100.000 pesetas por parte de Bárcenas? Si todavía tenemos esperanza, pensemos que sí, que algún día quedará algún político honrado (en España) que se atreva a reconocer sus fallos y devolver no sólo el dinero sino la ilusión a millones de personas que todavía piensan que la política existe.
Mientras tanto, dejemos al rey que se acomode en su trono de oro, a Urdangarín que siga dejándose en ridículo con sus estúpidos juegos de palabras y a los diputados jugando al Apalabrados mientras se decide en el Congreso la privatización sanitaria. Así es España y así seguirá, y como se viene afirmando desde hace unos días, me gustaría reiterarlo a ver si nos enteramos de una vez por todas, que esta “no es una crisis económica sino una crisis de valores”. Ahora os dejo con una foto de Rajoy, lo pillaron cantando aquella canción que decía: "Fumando espero, la España que yo quiero..."

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